En el día de los enamorados, conversamos con dos poetas de Tanti sobre el amor romántico, la fiesta de San Valentín y las cartas de amor .
El día de los enamorados, San Valentín o «día del amor y la amistad» es una festividad católica que se celebra en honor a San Valentín de Roma, un cristiano que casaba a soldados con sus prometidas en las mazmorras de las cárceles del imperio romano en los tiempos en los que el cristianismo fue prohibido por el emperador Claudio II.
Se trata de una festividad cada vez más popular en Argentina, pero muchos sostienen que es algo comercial y que refuerza los discursos del amor romántico, tan nocivo para las parejas y fundamentalmente las mujeres.
Rosa Anarquista y Alberto Hugo Saravalli son dos poetas de Tanti con los que conversamos sobre esta fecha, la deconstrucción del amor y dos de los artefactos más tradicionales para expresar el amor y la pasión: las cartas de amor y los poemas.
En este primer artículo, Rosa Anarquista nos habla sobre el amor deconstruído, las cartas furiosas con amor al monte, y el romanticismo de escribir en papel.
Cartas con olor a yuyos
Rosa Anarquista (su nombre de poeta) tiene 50 años y vive en Valle Verde, un barrio de Tanti al pie de la Cruz de Fátima. Nació en Mendoza, más precisamente en Maipú, pero hace 14 años que eligió Tanti para vivir. Cuando habla del amor deja bien en claro que no adhiere al paradigma del amor romántico; pero también indica que hay otras formas de amor muy claramente presentes en sus poemas.
De adolescente, recuerda haber escrito poemas y cartas de amor, pero su experiencia más reciente fue hace unos pocos años, cuando ya vivía en Tanti. «Supe escribir cartas que iban y que venían, en papel, por correo, con un amor que tenía en aquel tiempo», comenta.
Rosa recuerda que era «bastante lindo», y comenta que para su destinatario fue sorprendente recibir una carta por correo, en papel. «En esa carta yo le mandaba muchos yuyos del monte, entonces cuando le abría, fue todo como un shock, porque recibió todos los aromas que había percibido cuando vivió acá», relata.
Si bien para Rosa no eran «cartas de amor», era romántico el hecho de escribir en papel. Actualmente, la escritora cuenta que sigue escribiendo en papel, en hojas y en cuadernos, no en computadora. Para ella lo romántico estaba en la letra escrita por alguien, lo que tiene una «carga especial». «En este tiempo nadie escribe con una birome. Nadie se toma el tiempo para escribir una carta en papel y mandarla por correo. Implica tener una paciencia y enfocarse en eso. Estar concentrado en lo que querés escribir, enviarla, esperar a que la otra persona la reciba; son manera antiguas que tienen una carga extra y que están cayendo en desuso», sostiene. Para Rosa, se trata de maneras de transmitir mensajes que nos dan ganas de recuperar, como de escribir poemas en papel.
«Hoy la gente casi que solo se comunica por Whatsapp. Escriben cortado, casi no lee la gente tampoco. Hay poca gente que lee en papel», indica.
Las cartas de Rosa nunca se quedaron sin llegar a destino: «si hago algo lo llevo hasta el final», afirma, y confiesa que sus textos pueden parecer un poco autorreferenciales, porque muchas veces escribe en primera persona.
Actualmente, la escritora está embarcada en un proyecto que se llama «Vuelos», 10 poemas que va a ilustrar Cecilia Chialchia, una artista de Tanti. La obra está relacionado con la historia de amor de dos trapecistas. «Es una historia real que le contó un amigo y me encantó», adelanta.
Otros amores
Rosa afirma que hay otras formas de amor presentes en su obra, como el amor por el monte, sus plantas o animales. «Cuando hemos tenido que vivir los incendios o el desmonte, me han salido muchas cosas relativas a lo que vamos viendo que se va perdiendo por el llamado progreso», comenta. «Hablo del amor a las plantas que yo tengo, que son mi medicina, y a los animales que se van yendo por el fuego, del mundo el amor que tenemos por este monte, por los árboles nativos, las plantas medicinales, los animales autóctonos. La poesía me permite canalizar todo eso y también la bronca que me da. Por eso a veces no suenan muy amorosas las poesías que yo escribo, pero están escritas desde el amor, eso seguro».
Sin Valentín
«Nunca he celebrado el 14 de febrero», confiesa entre risas. En una oportunidad, Rosa tuvo un enamorado que era bastante posesivo, al que ella le decía que era el último romántico cordobés.
«Me la hacía ver negra» explica. Rosa le escribió a ese hombre bastantes cosas, no muy románticas, pero sí ligadas a esa clase de amor que creemos que es amor pero es apego, es posesión. «Está relacionado con la sensación de creer que el otro es tuyo/a, y los celos, y las demandas y todas esas cosas relacionadas que circulan alrededor del amor romántico».
Rosa cree en el amor real, de dos seres que se encuentran, tal como son, con sus cosas positivas y las otras, y desde ahí construir «algo bonito, pudiendo ser quiénes somos, sin sacrificio, sin dolor, sin sufrimiento. Porque de eso ya hemos vivido bastante, las generaciones nuestras, las anteriores, y ya está, hay que soltar eso». La mujer indica que «Es un chip que hay que dejar. Quien te ama no necesita controlarte, porque te ama no necesita saber donde estás, y si te ama tiene que saber que sos lo que sos y así estar feliz».
«Es como si la persona que está al lado mío me tuviera que decir es un honor para mí haberte encontrado, y es un honor para mí haberte encontrado a vos».
Al cierre de nuestra conversación, Rosa nos compartió un poema escrito por ella sobre el amot:
Soy una mortal común
Rosa Anarquista
un cuerpo de mujer que solo espera compartirse con el hombre que ama
una ilusionista
una hacedora de historias
autorecicladora de sus propios desechos
eterna aprendiz de bruja
sanadora de imposibles ajenos
removedora de fantasmas
espantamuerte
lanzallamas
reveladora de sus propios secretos
la mujer invisible que se ilumina sola
su mejor amante
esa que en esta existencia quisiera salir de su escondite
y tener el primer lugar en tu vida
y si no, por favor, olvidame.
Mi pequeño aporte sobre el amor :EL AMOR, EL RESPETO MERECIDO Y EL PERDON PARECEN SER IGUALMETE IMPORTANTES, TANTO COMO LA LIBERTAD DE NO CEDER A LA PRESIÓN DE OBRDECER A LAS REGLAS SOLO PORQUE DEBEN SER ACEPTADAS SIN DISCUSIÓN.