Nuestros vecinos se preparan para vivir la cita futbolística más importante del mundo.
Ya todos sabemos que en Argentina el mundial de futbol se vive de una manera muy especial y diferente al resto del mundo. Tal vez sea por el mundial 1978 en donde fuimos anfitriones o el mundial de México 1986 donde Diego Armando Maradona brilló como nadie lo había hecho. Para mi allí se creó la pasión por los Mundiales.
Esa Pasión se trasladó a todos los argentinos y en Tanti no fuimos la excepción. Basta con salir a dar una vuelta por el centro para ver cómo están decoradas las diferentes vidrieras. Pero quisimos ir un poco más profundo y le preguntamos a varios vecinos que opinaban del mundial. La respuesta fue variada en cuanto adjetivos.
Florencia, que es estudiante de secundario, nos dijo que le generaba “mucha emoción” el mundial; mientras que Alejandro, que es un joven empleado en una heladería, nos comentó que sufre de ansiedad, pero a la vez le da felicidad. Berenice, que es enfermera, y Diego, que es profesor de fútbol, ven el mundial para “olvidarse” de los problemas, y dicen que es donde ven al país “unido”.
Las cábalas o rutinas de la gran mayoría van a cambiar aunque sea un ratito para poder ver el debut de Argentina el martes a las 7. Tal es el caso de Damián, un hincha de Talleres que va a entrar un rato más tarde a su trabajo. Los que no pueden, ya sea porque trabajan como el caso de Alejandro o están en la escuela, se las ingeniaran para saber cómo va el partido. Sea como sea, todos los tanteños estarán unidos para alentar a la selección.
Por supuesto que hay personas a las que no les gusta el fútbol. Son quienes no son hinchas de ningún equipo pero que, sin embargo, van alentar a la selección. Ese es el caso de Elizabeth, que ella no suele mirar fútbol, pero sí va a alentar a Argentina.
La gente de mayor edad es la que lo vive el mundial con más nostalgia. Algunos de ellos recuerdan o comentan anécdotas sobre los dos mundiales ganados. Ellos seguro recuerdan qué estaban haciendo ese día, o simplemente argumentan dónde estuvieron en ese momento. Quieren repetir una vez más esa alegría infinita, la quieren compartir con sus nietos, como dijo el abuelo que compro un televisor de muchas pulgadas hace poco días; tal vez sea el último mundial.
Berenice habla sobre la unidad del país, algo que también se puede aplicar en nuestra localidad. El martes nos olvidaremos, por un momento aunque sea, de los problemas cotidianos. Aquellas discusiones con los vecinos quedarán aparte cuando nuestros corazones se unan una vez más. Volveremos a gritar un gol hasta dejarnos sin garganta.
Muchos nos reencontraremos afónicos, cansados, pero con 2 alternativas. La primera de ellas es la derrota, la que no queremos ni pensar en este momento pero existe y es una posibilidad. La otra alternativa es la que soñamos, la que algunos no pudimos ver ni mucho menos vivir, esa alternativa es a la que le ponemos todas las esperanzas para poder terminar el año 2022 felices.
Ya comienza el martes, están todas las cartas sobre la mesa, vivimos la previa del mundial con muchos vecinos. Faltaron otros pero que probablemente pensarán de la misma manera.
Solo queda decir, como dice el relator de futbol, Matías Barzola: “Que sea lo que Dios quiera y Dios quiera que gane Argentina”.
Muy bueno el articulo!!!!