En el día internacional de la Libertad de Prensa, reafirmamos nuestro compromiso con un periodismo profesional e independiente, al servicio de la ciudadanía y la democracia.
El 3 de mayo es el Día Internacional de la Libertad de Prensa. La fecha fue establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993 para destacar la importancia de la libertad de prensa y para recordar a los gobiernos su responsabilidad de respetar y proteger el derecho a la libertad de expresión, que incluye la libertad de prensa y la libertad de acceso a la información.
En casi todas las constituciones de los países democráticos del mundo encontramos cláusulas que protegen al periodismo de las presiones y los condicionamientos de los gobiernos y los poderes económicos. Esto es así porque la libertad de prensa es fundamental para el mantenimiento de una sociedad democrática.
El periodismo independiente y libre es esencial para garantizar que los ciudadanos tengan acceso a información veraz, crítica e independiente, y que los poderes públicos sean objeto de investigación constante. De este modo, la prensa cumple una función vital en el control del poder y en la denuncia de los abusos, la corrupción y los comportamientos indebidos.
La prensa no solo se encarga de informar a la ciudadanía, sino que también funciona como un agente de cambio. Como dijo el célebre periodista estadounidense Isidor Feinstein Stone: «Todos los gobiernos son mentirosos y nada que proviene de ellos debe ser creído». Esta afirmación, que puede parecer un poco exagerada, subraya la necesidad de que la prensa cumpla una función de contrapeso al poder y se mantenga independiente de los intereses políticos y económicos.
Liberad de prensa y libertad de expresión
Es importante destacar que la libertad de prensa es diferente de la libertad de expresión. Mientras que la libertad de expresión es un derecho fundamental que se refiere al derecho a expresar libremente cualquier opinión, la libertad de prensa es el derecho a informar y buscar información sin impedimentos ni limitaciones. La prensa es un vehículo para el ejercicio de la libertad de expresión, pero su función es diferente a la de un ciudadano particular que expresa su opinión, ya que está sujeta a ciertas responsabilidades y a ciertos estándares éticos y profesionales, como la verificación de los hechos y la búsqueda de la verdad.
Muchos consideran a la prensa como «el cuarto poder» en las repúblicas (luego de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial). El filósofo francés Alexis de Tocqueville supo decir que «la prensa es el instrumento más poderoso de la democracia». Esto es así porque ella cumple una función crucial en la formación de la opinión pública y, en última instancia, en la toma de decisiones políticas. En una sociedad democrática, la prensa debe ser independiente y libre para poder desempeñar su papel de control del poder y de denuncia de los abusos.
La amenaza de los autoritarismos y totalitarismos
La libertad de prensa no es un privilegio, sino un derecho fundamental que debe ser protegido y defendido. Sin embargo, en muchos lugares del mundo, la prensa es objeto de ataques, censura y represión por parte de gobiernos autoritarios y grupos de poder. En algunos casos, los periodistas son encarcelados, torturados y asesinados por su trabajo. Esto plantea la necesidad de proteger a los periodistas en su fundamental labor social.
Sin periodismo no hay democracia, pero lamentablemente quienes detentan el poder no siempre comprenden o toleran las investigaciones y publicaciones críticas de la prensa, y han llegado a descalificarla, acusarla de intereses ocultos e incluso hacer desaparecer medios mediante la asfixia fiscal, la cancelación de los periodistas o simplemente la compra de los mismos a través de empresarios adictos.
Este tipo de prácticas no solo ocurre en las esferas nacionales, donde la confrontación entre el gobierno actual y la prensa es conocido. También ocurre en las órbitas provinciales y locales. Encubiertos como decisiones empresariales de los grupos económicos, muchos periodistas han sido despedidos de los medios de comunicación por no alinearse con el discurso de grupos políticos o empresariales vinculados a los medios.
Incluso en los servicios públicos de medios existen «depuraciones» (o purgas) de periodistas por sus puntos de vista o sus posiciones ideológicas, tal como lo ha promovido abiertamente, tanto para el periodismo como para la justicia, la actual vocera presidencial Gabriela Cerrutti.
En la Argentina la Ley de Medios significó una avance en la normativa para sostener medios públicos y alternativos, multiplicando las voces frente a la brutal concentración de medios en manos de pocos grupos empresariales. Lamentablemente, su aplicación se enfocó en la pelea entre el kirchnerismo y Clarín, y muchos medios alternativos nunca recibieron sus habilitaciones, mientras que los medios públicos seguían practicando estrategias de desinformación en el mismo sentido (pero con diferentes destinatarios) que los medios opositores.
Cómo estamos aquí
En la Provincia de Córdoba y en Tanti en particular, no existen legislaciones que garantices el acceso de los periodistas a la información pública, insumo fundamental para el ejercicio de su trabajo. El dinero que se asigna a pauta oficial no se publica con claridad, como tampoco se detalla quiénes son sus beneficiarios. Los funcionarios pueden demorar días en responder consultas muy sencillas, o quizás no responderlas nunca con la excusa de que «están muy ocupados». Cabe aclararles que el diálogo con la prensa y brindar información sobre lo que hacen como funcionarios también es parte de su trabajo en un gobierno democrático. Como dijo el escritor estadounidense H.L. Mencken: «La libertad de prensa no es una prerrogativa de los periodistas, sino una conquista de la civilización».
También es necesario que existan canales ágiles (y electrónicos) para que cualquier ciudadano, independientemente de la tarea del periodismo, pueda acceder a información detallada de las decisiones públicas de los gobiernos.
En la Provincia de Córdoba, los legisladores opositores no acceden a información precisa sobre la ejecución del presupuesto provincial, los manejos económicos de las agencias del gobierno (que administran montos multimillonarios)o la distribución de la pauta publicitaria (con la que se compran y premian silencios). Pero estas prácticas lamentables no son patrimonio exclusivo de un partido. Lo mismo ocurre en el ámbito local, donde de hace meses no se responden los pedidos de informes de la oposición sobre los balances de la Fiesta Nacional del Cordero, las inversiones del Hotel El Alto, o la situación real de la planta de personal municipal. Lo que unos sufren cuando son oposición, lo hacen también cuando son gobierno.
Debemos avanzar hacia una ordenanza local que regule de forma transparente la relación de los medios locales con la política, tanto con el gobierno municipal, el concejo deliberante y el tribunal de cuentas.
Paparruchadas
Otro de los grandes desafíos a los que se enfrenta el periodismo hoy, más allá de gobierno y poderes económicos, son las paparruchadas, también conocidas como «fake news».
Las redes sociales han democratizado la información y permiten que cualquier persona pueda compartir sus opiniones e información. Sin embargo, también han creado un ambiente de desinformación y polarización, lo que puede tener efectos perjudiciales para la democracia. En este contexto en el que la inteligencia artificial puede crear imágenes irreales con una gran verosimilitud, el papel de la prensa libre y veraz está vinculado al tratamiento responsable de los datos y al chequeo de la información para evitar los engaños a la ciudadanía.
Es importante que los ciudadanos también desempeñen su papel en la protección de la libertad de prensa y el periodismo independiente. Debemos ser críticos y exigentes con la información que recibimos, estar dispuestos a apoya económicamente a los medios independientes para que no tengan que cerrar o que someterse a poderes políticos o económicos, ya que los periodistas son trabajadores y, al igual que médicos o maestros, deben recibir una remuneración justa por su trabajo.
En este 3 de mayo, y reconociendo nuestras limitaciones y desafíos, renovamos nuestro compromiso con un periodismo independiente y profesional, que abra debates, devele lo oculto, y brinde a la ciudadanía la información necesaria para que decida y actúe con la mayor cantidad de recursos disponibles.
Excelente! Hora de acabar con el silencio de los pueblos chicos
No debería existir el silencio eso es democracia tener diálogo para poder resolver problemas concretos y entender puntos de vistas diferentes notas claras y prensa libre un pueblo libre saludos
Excelente editorial.
Muy coherente y cohesivo este texto.
Además nombra autores como referencias.
Fue gratificante leerlo
Me encantan las notas de todos los escritores deleite sitio cohertentes realistas sinceros y claros muy profesionales saludos
Muy linda nota , estaria bueno que lo lea azar y sus sequitos, esta bien que la transparencia no les combiene pero tampoco nadie se les paro nunca y los poco medios que hay estan debajo de la falda de azar