Será este martes, de 16 a 20, en el Club de Tenis «Casa Cueva».
Una vez más, «señas viajeras», el proyecto itinerante de la organización CONTAGIAR, llega a Punilla y pasará por Tanti. La iniciativa busca dictar cursos de lengua de señas, Braile y primeros auxilios, en las distintas comunidades, como una forma combatir la discriminación que sufren las personas con dificultades fonéticas, auditivas o visuales.
En esta oportunidad, el recorrido incluye a La Falda, Carlos Paz, Villa General Belgrano, Tanti y Jesús María. Este martes 18, entre las 16 y las 20, estarán compartiendo sus saberes en el club Casa Cueva, ubicado en Ruta 28 kilómetro 148 (ex 755). Los interesados en participar del taller en Tanti, o los demás que realizarán durante el itinerario, pueden contactarse con los organizadores al 3417473550.
Los cursos tienen como destinatario a familiares o amigos de personas con dificultades auditivas, pero también al público general.
Contagiar inclusión
Quienes llevan adelante el proyecto «señas viajeras», son integrantes de la organización CONTAGIAR, un grupo sin fines de lucro conformado en Buenos Aires por personas sordas e intérpretes que viajan por todo el país ofreciendo cursos. El año pasado ya habían estado en el Valle de Punilla, y en esta oportunidad llegan con su propuesta hasta Tanti.
Los voluntarios de Contagiar trabajan con equipos individuales o grupales, dependiendo la demanda, y una vez por mes viajan a la provincia de Entre Ríos, mientras que en Buenos Aires tienen actividades mucho más frecuentes. Tal como ocurrió el año pasado, Contagiar volvió a Córdoba para ofrecer sus cursos, tanto los de lengua de señas como los de Braille y primeros auxilios.
Natalia Rodríguez, voluntaria de la organización, valoró la trascendencia del trabajo de Contagiar en materia de comunicación inclusiva, y comentó que «hay muchas familias de gente sorda que no entienden realmente la lengua de señas y se manejan con un lenguaje casero que solo sirve para que se comuniquen entre ellos». También recordó que durante muchos años se obligaba a las personas a hablar de cualquier forma sin importar los problemas fisiológicos que tuvieran. Por esa razón, el trabajo de organziaciones como la que integra Natalia es «hacer hincapié en crear un puente con los oyentes y que se interesen por esta fuerte discriminación que sus familiares o amigos padecen», indicó.
Rodríguez añadió que también dictan cursos en las distintas sedes de la Cruz Roja Argentina, y hacen grupos de canto que ayudan a que la gente se integre a estos lenguajes inclusivos.
Un avance importante
El pasado jueves 13 de abril, el Senado de la Nación aprobó la ley de Lengua de Señas Argentina. La norma, que obtuvo el acompañamiento unánime de los 60 legisladores presentes, declara a la lengua de señas argentina como una lengua natural y originaria, la cual conforma el legado histórico inmaterial como parte de la identidad lingüística y la herencia cultural de las personas sordas.
La ley también garantiza la participación e inclusión plena de las personas sordas, como así también de las personas que, por cualquier motivo, elijan comunicarse en ese medio.
Esta legislación permitirá la inclusión de esta lengua en la educación pública y, si bien podría demorar entre dos y tres años para su aplicación educativa, es considerada un gran avance por las organizaciones que promovían el proyecto. La norma era esperada hace 20 años
Natalia Rodríguez resaltó que el hecho de que se haya aprobado la ley federal «es TODO» para las personas sordas. «Ellos estuvieron 20 años esperando que este proyecto se convirtiera en ley sin que su idioma fuera reconocido como una lengua nativa», indicó.
«A nivel lingüístico, ellos nacían en Argentina pero eran considerados extranjeros. Es importantísima la ley, porque va a facilitar nuestra labor. Ahora el Estado se debe ocupar de la aplicación de la ley a nivel educativo, que por antecedentes similares sabemos que puede tardar entre dos o tres años. Sin embargo, en dependencias públicas o comercios debería aplicarse de manera mucho más rápida», explicó Natalia.
Falta de educación
Rodríguez comenta que en el abordaje de la lengua de señas existen habituales errores, fruto de la falta de educación en el tema. Tal es el caso del uso del término «lenguaje» para hablar de la «lengua de señas».
También existe la uso erróneo del término «sordomudo». «Está mal dicho, la persona sorda no puede ser muda, son dos patologías diferentes y no están conectadas, las personas sordas no aprenden a hablar como nosotros por repetición. Al no poder repetir, lo único que ellos pueden hacer es modular. En nuestros cursos, con la ayuda de la fonoaudióloga modulan, pero no pueden modificar o controlar su tono de voz. Es por eso que las personas que son sordas no son mudas, ellos pueden emitir sonidos y decir algunas palabras, se los relaciona con esto de manera incorrecta porque no pueden hablar con la misma facilidad que la mayoría», explicó Natalia.
Y continúo» es importante aprender que la mudez es un problema que viene de las cuerdas vocales mientras que la sordera viene del nervio auditivo que es el que decodifica el mensaje, es por eso que si a una persona sorda le gritas no te va a poder entender porque su problema no es la escucha sino que no puede decodificar el mensaje «.