Conversamos con Barbara Cortez, sobre el diseño e implementación de políticas de accesibilidad en los gobiernos locales.
Bárbara Cortez (38) es Licenciada en Ciencias de la Educación, docente primaria y Acompañante Terapéutica. Desde el nacimiento de Tobías, su hijo de 15 años que padece un Trastorno del Espectro Autista (TEA), empezó a conocer estas temáticas y a interiorizarse en estrategias para hacer las localidades más accesibles para personas que tienen algún tipo de discapacidad.
Hace más de dos años, el intendente de Villa Cura Brochero, Carlos Oviedo, la convocó para coordinar el equipo de discapacidad de la Municipalidad. Desde ese lugar colaboró en la concresión de diferentes proyectos, como la adhesión a le Ley Córdoba Inclusiva del Municipio de Villa Cura Brochero, la creación del equipo de Discapacidad, el relevamiento y geolocalización de personas con discapacidad (que permite identificar urgencia en caso de evacuación), la adecuación de rampas en lugares públicos, la instalación de cartelería en braille con información turística en Plaza centenario y principales destinos turísticos.
Este verano, Villa Cura Brochero inauguró «El pocito», el primer balneario accesible para personas con movilidad reducida.
Con ella conversamos sobre las políticas de accesibilidad y su implementación en los gobiernos locales.
– ¿Qué es la discapacidad a qué porcentaje de la población afecta?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que las personas con discapacidad representan aproximadamente un 15% de la población mundial. Parece que hablamos de algo con lo que conviven muy pocas personas, pero no es así, afecta a muchas personas y a las familias, amigos y demás personas que los rodean.
En Argentina, el Indec informó en 2018 que la población con discapacidad es cercana a los tres millones y medio de personas, que conviven a diario con algún tipo de discapacidad, ya sea física, sensorial, intelectual, mental o pluridiscapacidad. También debe tenerse en cuenta que no existen relevamientos precisos que den cuenta de las cifras reales, y que esta realidad no atraviesa exclusivamente a las personas con diversidad funcional, sino también a su familia y aquellos ámbitos donde se desenvuelve, o debería hacerlo; espacios públicos de esparcimiento, escuelas, centros de salud, comercios, clubes.
– ¿Cómo se puede trabajar en municipios más accesibles?
Muchas veces se cree que trabajar en la construcción de un municipio accesible solamente se trata de gestionar turnos o realizar el acompañamiento de trámites. Por el contrario, es necesario en primer lugar dejar de lado las especulaciones y promover con firme convicción política y conciencia social, acciones que garanticen el cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad.
Una vez tomada la decisión política, es preciso avanzar en la disminución de las barreras conformando un equipo de trabajo que incluya a las personas con discapacidad e instituciones que atienden a esta realidad, de manera articulada. Ellos son, en definitiva, quienes conocen los obstáculos cotidianos.
– ¿Qué tipo de obstáculos hay que derrumbar en las localidades?
Cuando se habla de disminuir las barreras, muchas veces se piensa que solo se trata de acondicionar rampas o modificar la arquitectura de algún espacio físico, pero ¿qué ocurre con las representaciones que giran en torno a la discapacidad? ¿Están los municipios preparados para brindar un trato adecuado ante determinadas problemáticas?
La capacitación para funcionarios y personal de los tres poderes del Estado, contemplados en la Ley 10.728 Córdoba Inclusiva, promueve el trato adecuado, la accesibilidad universal, y garantiza el cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad. Es fundamental que los municipios adhieran y que los agentes públicos se capaciten en estas temáticas como primera medida.
Entender que la discapacidad es una condición humana que puede ser permanente o temporal y que, a su vez, puede formar parte de nuestros días en cualquier etapa de nuestra vida y que las limitaciones se encuentran en el entorno, permitirá proponer proyectos con diseño universal. Avanzar en la construcción de un municipio accesible es posible con voluntad política, conciencia social, trabajo articulado y capacitación constante.
Ya no es posible omitir la necesidad de desarrollar medidas que permitan contribuir al desarrollo de una sociedad sin barreras.
Durante la fiesta del cordero, los que cobraban estacionamiento, no tenían ningún conocimiento sobre el acceso libre y gratuito de estacionamiento para personas con discapacidad, justificado con el certificado correspondiente. Nos quisieron cobrar igual.
Y los de la boletería tampoco sabían, que las personas con discapacidad + un acompañante, tienen entrada gratis a este tipo de ventos.
En mi caso, tengo a mi niña que utiliza silla de ruedas y hay varias esquinas que no cuentan con una rampa y la mayoria de los negocios tienen escalones en sus ingresos. Hay muchas veces que me pribo de comprar en algun lugar por el solo hecho de no haber rampa.