El problema de la inseguridad es un fenómeno que viene en crecimiento en los últimos años. La política debe afrontarlo y no meterlo bajo la alfombra.
La inseguridad es un problema que crece al ritmo en que aumenta la pobreza, el narcotráfico y se desvanecen las perspectivas de progreso en nuestra sociedad. La represión es una respuesta que ha demostrado ser tan ineficaz como la contención social. Nunca en nuestra historia hubo tantas herramientas de contención social, planes y personas contenidas económicamente desde el Estado. Sin embargo la pobreza está en niveles sin precedentes, y con ellos también la delincuencia y la violencia urbana.
Ante este panorama, están los que hablan de represión, y los que hablan de la ineficacia de la represión para enfrentar el problema. Ninguna de las dos corrientes ha logrado frenar, contener, ni mucho menos resolver la inseguridad.
La realidad desborda, y ante ella hay tantas explicaciones como responsables, todas respuestas válidas pero incompletas. La crisis económica, la falta de inversión en seguridad, la falta de voluntad para perseguir el delito, son algunas de las posibles aristas de un fenómeno de una gran profundidad y complejidad. Tampoco faltan los que encuentran el atajo de señalar al otro, al gobierno, a la oposición e incluso a la prensa, a la hora de sostener que la inseguridad es “una sensación” o “un discurso”, sin raigambre en la realidad, construído por los demás.
El debate sobre la inseguridad está plagado de respuestas fáciles y coartadas, porque los tiempos de la política son cortos y urgentes. Hay que votar cada dos años y no hay tiempo de pensar en políticas que apunten a las próximas generaciones. Son temas delicados, en los que cualquier decisión toca intereses, recorta electorados, es arriesgada. Por eso es mucho más fácil patear los problemas hacia adelante, o esconderlos bajo la alfombra.
Denunciar un delito es un trámite molesto, largo, y aparentemente inútil. Tal como lo indica la ultima Encuesta Virtual de Victimización y Percepción Social del Temor al Delito en la Ciudad de Córdoba, realizada en 2020 por el Observatorio de Estudios sobre Convivencia y Seguridad Ciudadana (que integran diferentes universidades y organismos públicos), más del 80 por ciento de los cordobeses percibe como “poco o nada útil” el trabajo de la justicia en la resolución de los delitos que se cometen.
Más del 55 por ciento de los cordobeses creen que el trabajo de la policía es “poco o nada util” en la prevención del delito. En la Ciudad de Córdoba, el delito más común es el robo en la vía pública, el cual afectó en 2019 a al menos el 40 por ciento de los hogares. Sin embargo, menos de un tercio de estos hechos son denunciados. Las razones, que no especifica este estudio, muchas veces tienen que ver con que las personas no creen que denunciar estos hechos los ayude a recuperar lo perdido, y solo agregan un trámite más a la molesta situación.
A pesar de que en los últimos años se avanzó en encontrar mecanismos de denuncia virtual de los delitos, estas luego tienen que ser confirmadas presencialmente, lo que en lugar de facilitar la denuncia, la complica más.
¿Podemos entonces confiar en las estadísticas sobre inseguridad? ¿Podemos confiar en políticas que se formulan sobre la base de datos incompletos o maquillados, a la medida de los funcionarios de turno y sus necesidades políticas?
Un tabú en una localidad turística
Hablar de inseguridad en una localidad turística es aún más difícil. La creencia de que las noticias sobre inseguridad, o poner el tema en el debate social, puede afectar la actividad turística es ingenua y no ayuda a resolver el problema.
Pero además son generalmente los turistas, que llegan con una actitud relajada y muchas veces piensan que en los pequeños poblados están exentos de los delitos, los que terminan siendo las principales víctimas de los delincuentes. Así, ocultar la realidad en lugar de abordarla, no le hace ningún favor a la actividad turística.
En los últimos días, se repitieron los episodios de robo de ruedas a vehículos de turistas alojados en casas y cabañas de Tanti. Ante la consulta de este medio, varios fueron los que prefirieron no hablar del tema ni brindar su testimonio. También ocurrió cuando, semanas atrás, dos jóvenes excursionistas sufrieron el robo de sus mochilas cuando se encontraban en el río, en el sector de Piedras Lisas. Ante la consulta sobre lo ocurrido, un empresario turístico del sector afirmó que no creía que fuera bueno hablar sobre lo ocurrido en un medio ya que estaba haciendo una gran inversión en publicidad e infraestructura para atraer a los turistas, y esto los podía espantar.
Cuidar la actividad de hoteles, cabañas y establecimientos gastronómicos, no es algo que pueda lograrse a costa de la tranquilidad y la seguridad de los demás, ya sean pobladores o turistas. Es necesario abordar el problema de la inseguridad en la localidad y tomar medidas que alerten y protejan a quienes viven o transitan por Tanti.
La importancia de denunciar
Ante un episodio de inseguridad, denunciarlo al 911 garantiza que la denuncia quede registrada, algo que no necesariamente sucede cuando el aviso se realiza por otras vías. Además, los recursos de seguridad de Córdoba se asignan a partir de “mapas de calor” que se elaboran a partir de las denuncias de ilícitos. No denunciar no solo es invisibilizar lo que ocurre y garantizar impunidad a los delincuentes, sino también restarle a la localidad los recursos de seguridad que puede estar necesitando.
Por eso desde InfoTanti alentamos a las víctimas de delitos a realizar la denuncia, primero ante el 911, y luego en sede judicial. Pero también hemos decidido lanzar un observatorio de la inseguridad en Tanti, en el que las víctimas de delitos podrán informar, de forma anónima, hechos de inseguridad de los que hayan sido víctimas.
Estamos convencidos de que la visibilización mediática de la inseguridad y la discusión pública de la problemática no hará que nadie piense que son cosas que solo ocurren en Tanti, sino que al contrario, dará una señal clara de que en nuestra localidad, el toro se toma por las astas.
Es un tema muy difícil de tratar, cuando las máximas autoridades del país están siendo juzgados por corrupción. Saludos
Genial la nota!y del narcotraf7co en tanti nadie habla?